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Gracias por todo, pero adiós

La derrota fue una humillación. Nunca antes la Italia de Lippi había perdido 0-3. Nunca antes la Italia de Lippi había perdido dos partidos seguidos. La derrota ante Brasil ha significado la muerte del grupo de futbolistas que ganó el Mundial. Nada tiene que ver lo de ayer con Alemania 2006. Lippi debe meditar y actuar. Es la hora de tomar medidas y el seleccionador debe dejar ya de mirar al pasado y centrar la mirada en el futuro, en lo que viene, porque lo que hay ya lo conocemos. Sabemos lo que fueron capaces de hacer en su día, pero también conocemos sus limitaciones actuales, porque Italia ayer no sólo salió derrotada, sino también humillada. A ese grupo de jugadores ya sólo queda decirles: gracias, pero adiós. La derrota debe ser una lección para el futuro y Lippi tendrá que dejar ya de confiar en los veteranos. Es la pura realidad, aunque suene dura. Y hay que empezar a cambiar ya, a cambiar a gente como Luca Toni, arriba, o Cannavaro atrás. Se debe dar entrada a gente nueva que pide paso, como Giuseppe Rossi y a los chavales de la Sub-21.

Amarga noche la que le tocó vivir a Cannavaro. Para el defensa central, de vuelta al Calcio y a la Juventus, era un día importante porque pasaba a la historia de la selección italiana al igualar los 126 partidos con la azzurra de Paolo Maldini, hasta ahora el futbolista con más internacionalidades. El 0-3, en cambio, no fue motivo para ningún tipo de celebración. Es más, el resultado recuerda al Italia-Brasil que se jugó en la final del Mundial de 1970, cuando los brasileños vencieron por goleada ganando 1.4. El único consuelo que le queda a Italia es que al menos lo de ayer no era una final del Mundial.