Nos han ganado el corazón
Afición al fútbol en estado puro. Eso es lo que vivimos ayer en el Free State Stadium. Gente que va a un recinto a pasárselo bien, a animar a los suyos respetando al rival. Nada de dramatismos, y eso que se estaban jugando las semifinales. Definitivamente, Suráfrica nos ha conquistado, y según avanza la competición, mucho más. Contagian alegría, deportividad, convivencia. Creo que nuestros jugadores se vieron un poco mediatizados por el ambiente. No porque les asustara, sino porque era como estar en una fiesta, muy lejos de lo acostumbrado en la tensión que generan los partidos de competición. Vamos, que parecía descortés amargarles, con lo que bien que se están portando. Aquello pintaba raro, como de empate que venía bien a los dos.
Pero el instinto ganador de esta Selección es superior a cualquier otro sentimiento. No saben hacer otra cosa. Villa quiso demostrar que lo suyo es el gol, al margen de comunicados, ofertas e intereses varios. Él revolucionó el partido y, de paso, nos recordó a todos que estaban en juego varios récords que recordaremos cuando pasen los años. En ese momento los anfitriones se dieron cuenta de que sus posibilidades eran nulas y que debían fiar su suerte a lo que ocurriera en el otro partido del grupo. Por fortuna, Nueva Zelanda les echó una manita y la fiesta acabó perfecta. Nosotros cumplimos todos los objetivos, Villa se reivindicó y Suráfrica estará en semifinales para que sigan dando colorido al campeonato. Enhorabuena a los premiados.