Brasil e Italia, fin de la broma

Estábamos reponiéndonos del susto que le dio Egipto a Brasil cuando Estados Unidos empezó a tutear a los actuales campeones del mundo. Pero Italia ha demostrado en Pretoria que maneja como nadie los marcadores, aunque sean en contra. Marcelo Lippi calcula al minuto cuándo debe sacar la artillería pesada. Parecería que hablamos del tanque Luca Toni pero no, ayer la pólvora estaba en las botas de un diminuto jugador del Villarreal que en su día robó al fútbol italiano de forma descarada Sir Alex Ferguson para su Manchester, sí, el mismo que pregona caballerosidad. Pues Rossi fue el jugador del partido, pero su técnico dio otra clase de cómo dirigir a un equipo. Sin pestañear, don Marcelo administró todos sus recursos sabiéndose superior al rival.

Tengo que confesarles que a esta hora me da más miedo Italia que Brasil, y eso que si miras la nómina de jugadores de ambos, los primeros parecen tener menos estrellas. Pero son muy pesados en defensa, tienen gol y en el centro del campo, en cuanto Pirlo se entone, generan mucho fútbol. Brasil, sin embargo, depende de que sus figuras tengan el día, que Kaká tire un sombrero y acabe marcando, que Robinho vuelva a ser el que un día lejano fue. En fin, que parecen más asequibles para los nuestros. Sea como fuere, da la impresión de que España, Italia y Brasil juegan un torneo paralelo. La diferencia con el resto, salvo la deslumbrante revelación de Egipto, es muy grande. Lo que parece claro es que nadie ha venido a Suráfrica de turismo.