Hoy juega mi España: ¡Soy feliz!

Hoy juega mi España: ¡Soy feliz!

Desde que ha empezado el día he sentido un cosquilleo especial en el estómago. Por un día me he olvidado de Kaká o Cristiano. No juega el Madrid, no. Juega ESPAÑA. Con mayúsculas. Nuestra maravillosa Selección. Esa Roja que hace tres años que no nos sonroja. Un equipo que ha unido a mis compatriotas hasta dejar en segundo plano diferencias ideológicas o sentimentales. Todos los inquilinos de la piel de toro somos de esta España que nos ha enamorado con su fútbol de seda. Ahora vemos niños paseando por la calle cogidos de la mano de sus padres con las camisetas de Casillas, Xavi, Torres o Villa. La Roja somos todos, algo utópico no hace tanto tiempo. Un tesoro de incalculable valor que habrá que reconocerle algún día a esta admirable generación de jugones.

Ya no vemos a los rivales de España por si nos ofrecen algo interesante. Italia, Alemania o Argentina ya no nos acomplejan. Ahora nos ponemos delante de la tele sólo para ver a España, que es la que juega como los ángeles, enamora a la pelota como si fuese su primer amor y bate récords hasta dejar a húngaros y brasileños en meros comparsas. Nosotros somos ahora el faro del mundo. Los seleccionadores rivales quieren imitar a Luis, primero, y al gran Del Bosque, ahora. Los clínics se hacen utilizando vídeos de nuestros partidos. Nosotros somos los que representamos el nuevo orden, el camino a seguir con un balón en los pies, el homenaje permanente al buen gusto y a la idealización de este juego. España, hoy juegas. Fiesta nacional