Kaká, el guante de seda

Kaká, el guante de seda

Más que Cristiano Ronaldo, más que Ribéry, más que los dos 'Davides', Villa y Silva, más que cualquier otro jugador aparentemente disponible, Kaká era la prioridad para el nuevo Real Madrid. El brasileño, un futbolista que se mueve como el agua, le brindará fluidez al centro del campo. El viejo Madrid, el de la temporada pasada y la anterior, era un equipo de notas discordantes. Kaká le dará al nuevo armon ejercerá de director de orquesta, tocará buena música.

Alrededor de él se construirá el ataque. Hará que los demás jueguen mejor. Porque aunque tiene regate y velocidad y marca goles, con ambos pies, no es egoísta. Juega para el equipo, como la santa trinidad del Barça, Messi, Xavi e Iniesta. Y es un futbolista limpio. No hará entradas feas, no fingirá. Ahí se agradecerá ese puntito que tiene de fanatismo religioso, esa adhesión que tanto celebra al organismo Atletas de Cristo. Es entregado pero sereno.

Si después viene Cristiano Ronaldo, quizá aprenda de él un poco de humildad, quizá mejore sus modales. Porque una cosa es tener a Wayne Rooney como tu más ilustre y admirado compañero de equipo y otra es tener a San Kaká. Y, a no ser que pierda la fe y se entregue al bacanalismo ronaldinhesco, Kaká ofrecerá una garantía de profesionalismo durante los años que le queden por jugar. Se considera un ejemplo, un anuncio en el campo no sólo para Nike o Adidas sino para la Cristiandad. Y el Real Madrid, el de Florentino Pérez, se considera un ejemplo también, un ejemplo de buen fútbol jugado con elegancia. Kaká encaja en el nuevo proyecto del Real Madrid como un guante de seda.