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Pep quita la careta a sus colegas

Guardiola no esconde nada. Su equipo es igual de transparente. Deja para otros las triquiñuelas de jugar al despiste. Si Ferguson había tomado buena nota de la exhibición frente al Madrid el día del 2-6, lo mejor era repetir tal cual. Igual sabía que el escocés había escrito sobre papel mojado. Etoo a la derecha y Messi en el centro para apoyar a Iniesta y Xavi. El resto igual. Pocos técnicos se mostrarían tan firmes en sus convicciones teniendo enfrente al Manchester. Hasta su maestro Cruyff se hubiera achantado un poquito, ¿recuerdan cuando visitaba el Bernabéu? No hubo marcaje especial a Cristiano ni se reforzó el centro del campo.

Hace unas semanas me contaron que Guardiola no tiene intención de perpetuarse en el cargo. Es más, no descarten que renuncie por sorpresa. Tiene su lógica. Ha alcanzado la cima en el primer año y él mejor que nadie sabe de las exigencias del Barça. Me dijeron también que en Inglaterra ya han tocado a su puerta. Conociendo a Pep, su futuro estará en el banquillo de algún grande fuera de nuestras fronteras. Cuando llegue ese momento, volverá a dar una lección de sensatez y humildad, la misma que ha dado esta temporada a muchos que parecen haber inventado el fútbol. Porque la grandeza de este deporte se expresa con jugadores como Xavi e Iniesta y la miseria, muchas veces, llega de la mano de los que se sientan en un banquillo y quieren constreñir la libertad de ese tipo de jugadores. Se atreven incluso a desecharlos porque tienen poco cuerpo. ¡Ignorantes!