Habrá quien se tome esta noticia como una serpiente de verano, aunque nuestros lectores ya saben bien que no es una costumbre de quienes escribimos del Athletic especular con las informaciones. Sí, es cierto, Caparrós quiere reforzar su banda izquierda con Aitor Tornavaca, un tipo de 33 años que haciendo una buena campaña en el Recreativo puede vivir otro sueño como el que en su día le tocó disfrutar, y aún disfruta, Armando. Para quienes no le tengan controlado, el medio vitoriano es un futbolista implicado, líder de vestuario y con cierta clase. Lo suyo es la triangulación, dar poso al juego, una virtud que no sé si encaja con el fútbol a toda mecha que impulsa el andaluz.

A Caparrós le va sobremanera presumir de la necesidad de poner ahí arriba a los chavales de abajo, sin mirar el DNI. Está como loco por hacer debutar a Muniain con sólo 16 años. Resulta un contrasentido, dos polos opuestos, pensar en Aitor y, a la vez, en adolescentes de Lezama. Quizás prefiera estar rodeado de futbolistas con cuajo, pero este año los ha tenido y apenas los ha utilizado. Vamos, que uno se queda antes con Iñigo Pérez, la mejor zurda de abajo.