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David Alonso

Este título lo ganará Ross Brawn

Resignación. Quizá sea la palabra que mejor define el estado de ánimo de Alonso y el resto de pilotos punteros ante el imparable 'Huracán Brawn'. Desde 2004, ninguna escudería arrollaba de una forma tan abrumadora  (aquel año Ferrari ganó las cinco primeras carreras y 15 de las 18 totales). Superado un tercio del Mundial, los tres campeones del mundo de la parrilla están ya a una distancia sideral del casi invencible Button. Fernando está a 40 puntos, y Hamilton y Raikkonen, a 42. En Maranello han resucitado tarde, Toyota se hundió en Mónaco, Vettel se dio un tiro en el pie él solito, McLaren y BMW siguen en el pozo y Renault es un doloroso quiero y no puedo. No se vislumbra ninguna alternativa fiable al Barça de la F-1 ¡Qué vayan preparando la alfombra roja para el líder!

Los últimos tres títulos se decidieron en la última carrera, pero esta vez la emoción puede durar menos que la paciencia de Briatore con Nelsinho Piquet. Menos mal que Bernie Ecclestone no logró imponer su absurda idea de las medallas. Si esto sigue así nos va a sobrar tiempo para hablar del futuro de Fernando en Ferrari (será piloto rojo en 2010) e incluso de agradecer las eternas polémicas de la FIA, porque será lo más interesante del campeonato. Es legítimo y respetable opinar que la decisión de validar los sospechosos difusores es injusta, pero si un ladrón es declarado inocente por el juez de nada vale protestar. Es como gritar en el desierto. Este Mundial lo ganará Button pero el gran vencedor será Ross Brawn. Ha sido el más eficiente y el más listo.