Forlán nunca puede irse del Atleti
Y cuando la cosa se complicaba, acudió Forlán al rescate, como siempre. Persona de palabra fácil como soy, me cuesta horrores encontrar las adecuadas para describir el nivel del uruguayo en estos dos últimos meses en los que ha salido del grupo de los futbolistas de élite para entrar como un tren en el de los fuera de series. No encuentro las palabras, pero sí las sensaciones: si le venden, nos vamos. Todos. Y que nadie aproveche esto para decir "estupendo, nos quedamos al rubio y vendemos a Agüero". Tampoco. Este Atleti que ayer ganó en San Mamés y se dejó la Champions a tiro de un simple empate en casa ante el Almería, este Atleti que ha encontrado el espíritu a tiempo, este Atleti que es una buena base para devolver a su afición las alegrías adeudadas, este Atleti son Forlán y Kun. Y no me digan eso de que la institución está por encima de los futbolistas, porque, sí, queda muy bonito, pero nadie gana títulos sin estrellas.
Desde la victoria de ayer en La Catedral hay que construir. Primero no montar ningún vodevil contra el Almería y luego asumir que el futuro no se entiende sin ese futbolista que, tras el empate del Athletic, agarró el enésimo zurdazo de la Liga para encarrilar el triunfo, la Champions, su hat trick, el pichichi y la Bota de Oro. A falta de un partido para los tres, Etoo necesita marcar dos goles más que él para igualarle y Janko, tres para superarle. Parece difícil. El mejor goleador del mundo juega en el Atleti y tiene en Kun al mejor socio posible. Por favor, no rompan lo que funciona de maravilla.