Por ahora, sólo existe San Mamés
Hay muchos que viven y sin embargo están muertos": Mariano José de Larra (se enfrentó a los vicios sociales aceptados por las mayorías. Dijo que no, tan difícil, cuando hubo de decirlo. Nunca se conformó. Al fin, se pegó un tiro por amor. Mariano José de Larra: muy atlético). Estás vivo y además estás vivo si eres capaz no sólo de ver los horizontes sino de traspasarlos. El horizonte rojiblanco asoma por Bilbao y luego de alcanzarlo se coloca sobre el Vicente Calderón la tarde del Almería.
Tras ganar con el central zurdo de la casa Alvaro Domínguez al Valencia en uno de esos magníficos ejercicios de solidaridad en los que, sin excepción, nuestros futbolistas se juntan y el cuatro dos cuatro de los días flojos es sustituido por un sistema total de ayudas y cercanías, nos pusimos a pensar los atléticos, todos a la vez, que éramos capaces de ganar en San Mamés y fastidiarla en casa siete días después. Sería horrible, pero aún más por el rollo patatero de "otra vez; vaya cruz; como siempre; etc"; qué estupidez, qué pereza. Si ganamos en San Mamés -y por ahora no se me ocurre otra manera de entrar en Champions- quedará una semana para preparar a lo grande el partido final. Anuncio ya que a pesar de lo caros que están los argumentos, desisto de escribir una columna que compare los comportamientos que tuvieron con el Aleti de Madrid dos nueves gloriosos: Hugo Sánchez y Fernando Torres. Renuncio por fácil. Ya sabe Fernando que cuando vuelva al Calderón estará en casa.