Menuda decepción la de los españoles en el Campeonato del Mundo de Superbikes. No es que creyera que el anhelado título (uno de los pocos que le falta al deporte del motor nacional) iba a caer este año con seguridad, pero lo cierto es que el rendimiento de nuestros representantes está dejando mucho que desear. Es cierto que buena parte de la responsabilidad de lo discreto de esos resultados pasa por la falta de competitividad de sus monturas, pero en cualquier caso lo lamentable es que la especialidad se va deshinchando entre los aficionados españoles, supongo que aburridos ya de esperar esa corona que comienza a antojarse como una utopía.

No termino de entender las razones por las que, desde hace tantos años, el motociclismo español es incapaz de cuajar en este campeonato para motos de cuatro tiempos. Si en el Mundial de velocidad somos una de las grandes potencias ¿por qué estamos tan distantes de ese nivel en las Superbikes? Ni siquiera el retorno de Xaus, que llegó a ser subcampeón, las intentonas de Fonsi Nieto, un piloto de enorme talento, o la nueva esperanza que representó la incorporación de Carlos Checa han servido para cambiar la tendencia de mediocridad que nos define en este Mundial. Y es una pena, porque es un certamen de prestigio, con carreras muy emocionantes, gran interés para las marcas y enorme seguimiento en muchos países. En fin, habrá que seguir intentándolo...