Último tren para evitar fracasos
Apasionante batalla en perspectiva. Porque esta temporada hay muchos lobos hambrientos, muchos depredadores necesitados del título de Liga para salvar la temporada. Los clubes ACB han crecido tanto que precisan trofeos importantes para justificar su inversión. Europa ha sido esquiva con ellos, así que sólo les queda la Liga como premio. El Tau ganó la Copa del Rey, pero es débil consuelo para un equipo con ambiciones más altas. Iniciará el playoff con la misma furia que Real Madrid, Regal Barcelona, Unicaja, DKV Joventut o Pamesa, colosos que iniciaron la campaña con grandes ambiciones aún incumplidas. En el examen final, por tanto, habrá un solo aprobado y siete suspensos. O cinco, si admitimos que Kalise Gran Canaria e Iurbentia sí han cubierto objetivos.
Para el Barça la urgencia quizá sea menor, porque las alegrías del fútbol lo ocultan todo. Para el Real Madrid, en cambio, la exigencia de título es apabullante. Toda la sección está en amenaza de quiebra. El equipo ACB ha naufragado durante toda la temporada, la cantera no produce e, incluso, sus promesas de LEB Bronce han fracasado. Un año atrás hicieron buen papel a las órdenes de Tirso Lorente, pero Joan Plaza le negó continuidad, relegándole a funciones mínimas. Cuando la fidelidad y la eficacia no se valoran, empiezan a entenderse muchas cosas. Por ejemplo, que la base se agrieta y la cúspide estalla.