Valioso botín el de los pilotos españoles en Le Mans. Cinco podios, dos victorias... y tres líderes del Mundial. No hubo pleno de triunfos, pero me siento recompensando sobradamente con ver a tres de los nuestros encabezando la tabla de puntos del certamen. Cierto que esto acaba de comenzar y que las diferencias son mínimas, pero resulta gratificante sentirnos los jefes del negocio, aunque sea de modo provisional. Sobre todo hay que estar contentos porque en las condiciones en las que se disputó el gran premio, las cosas acabaron tan bien como pudieron haber acabado muy mal, porque esto de la lluvia es una lotería en la que es más fácil perder que ganar.

Al margen de los resultados, hubo muchos detalles que me gustaron de las carreras francesas. Empiezo mi hit parade con la magistral actuación de Jorge Lorenzo, dominando la situación con una solvencia que dice mucho de la madurez que ha ganado en los últimos tiempos. También me encantó ver a Pedrosa poniendo en su sitio a Dovizioso, un compañero dispuesto a dar guerra y que necesitaba una cura de humildad. Para completar mis momentos preferidos, el pundonor de Rossi, sin rendirse ante su sucesión de adversidades.