Tranquilos, que no cunda el pánico. Lo que está pasando estos días, y lo que vendrá, con las escuderías de Fórmula 1 es la respuesta lógica de quienes se sienten ninguneados. Incluso diría que es una acción consensuada con el objetivo de presionar hasta la asfixia a Mosley y al resto de las cabezas pensantes (aunque quizá este calificativo no sea el más acertado) de la FIA. Claro que los equipos se marcharán si se impone un límite presupuestario que no aceptan, pero es que ni Mosley ni Ecclestone pueden permitirse un campeonato sin Ferrari, McLaren, Toyota, BMW, Renault, Red Bull...

Así que tendremos otro culebrón más, con cruce de declaraciones, amenazas por ambas partes (incluyendo el manido proyecto de certamen paralelo), un distanciamiento... y la inevitable reconciliación posterior. Los equipos quieren competir en Fórmula 1 y la F-1 los necesita a ellos para existir. ¿Se vislumbra otra alternativa más que el acuerdo? Yo diría que no, aunque no me pregunten por qué está pasando todo esto... Sigo sin entenderlo, aunque no estoy preocupado con el desenlace.