En tu fiesta me colé y sin invitación

Imaginen todos ustedes que una noche se decide a montarse con sus amigotes una fiesta por todo lo alto en su casa, ese tipo de fiestas que marcan una época e imaginen también que en pleno apogeo, cuando la vergüenza ya ha desaparecido y en el momento en el que todo es disfrute y jolgorio, que llamen a la puerta y tras ésta aparezcan tu mujer, su madre y el grupo de amigas que se reúnen el domingo para hacer calceta. La cara que se te debe quedar es más o menos la que se le quedó a los 90.000 espectadores del Camp Nou y a todos los aficionados blaugranas cuando Llorente, vestido de suegra, ponía el 3-3 en el marcador. Curiosamente la misma suegra que visitó Stamford Bridge el miércoles pasado con aquel milagroso gol de Iniesta que puede valer una Champions. El gol de Llorente aunque parezca que puede valer poco sigue dándole vida al Villarreal en su lucha por la Liga de Campeones.

El Villarreal se coló en una fiesta en la que no estaba invitado. El Barcelona dominó y dejó bien claro que la Liga estaba casi hecha, pero la suerte quiere que el Villarreal siga vivo, sin tanto fútbol como tenía, pero nadie le puede negar entusiasmo y ambición. Salió a por todas y encontró petróleo. Pellegrini alineó a los jugones y tiró de repertorio, incluso si Rossi no cierra los ojos en aquel remate de cabeza no sé que hubiera pasado. Ahora lo mejor sería ganar el sábado al Real Madrid e invitar al Barça a que disfrute de su fiesta que ayer le robamos. El Villarreal ya es un enemigo habitual.