La culpa es siempre del empedrado
En fin, que Pitarch le dé lecciones a Torres sobre lo que significa ser atlético es como que yo, con mi 1,87 raspadito, llame a Gasol para explicarle cómo es medir 2,15: ridículo. Tanto, que no merecería más que la indiferencia si no fuera porque sus torpes palabras son otra muestra de la estrategia principal de los dirigentes del Atleti a la hora de gestionar tan sagrado club: tirar balones fuera y no asumir la responsabilidad de los errores. Los culpables son el Niño, la afición, Aguirre, el árbitro, el Madrid... Nunca ellos.
Porque, aunque entre en Champions, éste ha sido un curso de estancamiento. Con una plantilla mal pensada y un cambio de técnico, el Atleti no está más cerca de ganar un título hoy que hace un año. Torres se fue al Liverpool porque allí vio un proyecto sólido y ambicioso que le garantiza pelear por todos los títulos y, antes o después, éstos caerán. Precisamente, crear algo similar es el trabajo de Pitarch y lo está haciendo tan bien que le ofrecen la renovación. Normal. Los culpables, como los títulos, están lejos. Y a vivir.