Representa lo peor del actual Atleti
La noticia no es que Maniche haya dejado de ser jugador del Atlético. No, la noticia es que lo haya sido tanto tiempo. Casi tres temporadas de desprestigiar sistemáticamente una camiseta que le queda enorme (figuradamente, claro) pese a que a él le encantase pensar y, si era menester gritarle a Aguirre, que había ganado una Champions y bla bla bla. Pos bueno, pos fale, pos m'alegro. Pero ese gran campeón que él se creía se encaró con la afición, la mandó a Gran Vía, dio positivo en un control de alcoholemia, hizo del sobrepeso una forma de vida y de la noche, su hábitat natural. Y eso fuera del campo, porque dentro de él, salvo algún espejismo aislado, un cero patatero.
Bien, ése es Maniche y a nadie sorprende. Aquí el drama es que el Atleti decidiera que semejante ejemplar siguiera esta temporada en el equipo. ¿Por qué Gil Marín y Pitarch permitieron algo así? Para ahorrarse unas perras, para intentar poner un parche cutre en un agujero enorme (el del centrocampista ofensivo), para ver si se podía hacer negocio a costa de envenenar el vestuario y crear un precedente peligrosísimo. En definitiva, por colocar el éxito deportivo del Atleti por detrás de mil cuestiones menores. Así le va.