Un equipo y un técnico íntegros

Durante 34 jornadas el Salamanca nos ha permitido soñar, y lo que queda. De momento, a todos los unionistas no nos queda otra cosa que agradecérselo a los responsables de que esto haya sido posible, y me refiero especialmente a la plantilla y a su técnico. En un año dificilísimo para el club, pensado para no irse al pozo de la Segunda B, a estas alturas aún estamos hablando de hacer cuentas para subir a Primera División. Tiene mérito, aunque a muchos se les olvide. David Amaral ha dado todo un ejemplo de profesionalidad y dedicación, pero sobre todo de integridad. Ha pasado malos momentos, más de los que se conocen; pese a ello, ha mantenido un rigor en su trabajo que ha calado hondo en la plantilla.

Los jugadores también han dado ejemplo. Igualmente con problemas durante la temporada, han pensado sólo en el Salamanca. Muchos no estarán la próxima campaña. No obstante, mantiene a La Unión con la esperanza. No me olvido de Torrecilla, que formó este grupo. Sólo me queda pedirles una cosa: que no dejen de intentar rematar la faena en las jornadas que restan. Lo consigan o no, les felicito, porque ya han logrado bastante, manteniéndonos a todos ilusionados durante tanto tiempo.