La Liga está en las cabezas

La Liga está en las cabezas

Entre los cientos de clásicos que se disputan esta semana hay uno que se juega en las azoteas. Si trasladamos el duelo a lo psicológico advertimos que el Madrid no se ve amenazado por ningún abismo. Si no consigue la Liga, incluso si pierde el sábado, le quedará el orgullo del trabajo bien hecho y el mérito de una racha histórica. Si finalmente conquista el título habrá culminado una proeza que será legendaria. Para el Barcelona es distinto, contrario, asfixiante. El castigo será gigante en comparación con el premio, que ya viene cobrando a plazos en forma de elogios.

El panorama beneficia al Madrid con vistas al sábado y diría que le ha impulsado hasta aquí. Desde el pozo de los 12 puntos, nada había que perder, sólo avanzar, sumar, perseguir. A tiro de cuatro el paisaje sigue siendo alentador. El Madrid puede redimir una temporada en un partido y el Barcelona corre el riesgo de arruinarla. La frescura no está en las piernas, reside en la cabeza. Lo mismo que el fútbol. Igual que la Liga.