Las prisas nunca son buenas

Ya tenemos aquí los primeros efectos de todo el conflicto de los dichosos difusores. Renault haciendo un trabajo casi de pretemporada en pleno GP de China, Fernando Alonso rebanándose los sesos para intentar que los inventos funcionen y más novedades previstas incluso para hoy, el día de la calificación y víspera de la carrera en Shanghai. Me ha venido a la cabeza el consejo tan repetido por la señorita Mayte, una de mis maestras del cole, cuando le entregaba los ejercicios a toda velocidad pensando que así podría salir antes al patio. "Las prisas nunca son buenas", me decía. Más tarde, cuando ya tuve algo más de uso de razón, me di cuenta de que estaba en lo cierto, que casi siempre la precipitación conduce a errores o a más complicaciones.

Pues eso es lo que le puede pasar ahora a Renault, y a otros, a cuenta de la innovación técnica abanderada por Ross Brawn. Por si ya no tenían suficientes problemas con un R29 menos competitivo de lo esperado, ahora deberán hacer experimentos al mismo tiempo que se juegan los puntos de, al menos, dos carreras (ésta y la siguiente). Y ya sabemos que los experimentos, mejor con gaseosa... Porque los ingenieros cambian el fondo plano del coche y el difusor con la esperanza de mejorar, pero nadie les garantiza que el camino elegido sea el acertado y que la combinación de dos conceptos que no se han desarrollado en sintonía vaya a ser efectiva. Si la cosa funciona, respiraremos; en el caso contrario... mejor no pensarlo, al menos de momento.