Un invento que no me convence

Un invento que no me convence

Lo admito. Puede que esté ya mayor, que sea demasiado purista, poco atrevido incluso. Pero esto de los inventos en las carreras no me convence lo más mínimo. Yo entiendo la competición como la lucha de un piloto y su máquina (sea una moto o un coche) contra otros, mano a mano, sin ingredientes extraños o interferencias repentinas. Por eso no me gusta la moda de las carreras nocturnas... y menos después de lo ocurrido en Qatar. No se puede celebrar un gran premio que hay que suspender porque se ponga a llover, ni tampoco que para seguir adelante deba asumir las alteraciones que sufrieron las categorías de 125 y 250cc.

Entiendo que haya a quien le parezca una idea original o espectacular, pero para mí el espectáculo de las carreras es otro que poco tiene que ver con estos líos de los focos y demás excentricidades. Prefiero un duelo cuerpo a cuerpo, de pilotos buscando el límite sin preocuparse por si hay agua en una curva o les deslumbra el asfalto. Menos mal que, al menos, nos llevamos la victoria de Barberá, una alegría de las buenas por todo lo que ha pasado y ha luchado este chaval. Pero insisto, prefiero que gane de una forma más convencional...