Al César lo que es del César y a Obama lo que es de Obama. El presidente estadounidense demuestra olfato baloncestístico, pues acertó en su porra en la ESPN al dar a North Carolina como campeona. Lo ha sido con Roy Williams en el banquillo y un nombre propio en el santoral: Dean Smith. A él dedicó Williams el título: "Espero que lo estés disfrutando en casa". Lo que Williams siente por Smith es devoción y así me lo dejó claro hace dos años en Springfield, Massachusetts. "Es el espejo en el que debemos mirarnos", me dijo en la semana del Hall of Fame. Junto a él, Pedro Ferrándiz. "Usted primero, coach (entrenador)", le dijo a Pedro al subir al autocar. Se trataban de coach a coach, aunque hay coaches y coaches. Como su idolatrado Smith, quien dejó el mundo NCAA con 879 victorias (sólo Bobby Knight lo ha superado).

North Carolina agarró su quinto título universitario y Michael Jordan disfrutó. Michigan State perdió la final y Magic Johnson se lamentó. Junto a ellos, Larry Bird, el granjero de West Baden (Indiana), quien junto a Magic protagonizara la final más recordada de la historia, hace justo 30 años. Entonces, en 1979, Dean Smith dirigía a los Tar Heels. Ahora lo hace su alumno aventajado, ese Roy Williams que cedió el paso a nuestro Ferrándiz.