Los pilotos son de una pasta especial

Los pilotos son de una pasta especial

Por recurrente, lo extraordinario puede terminar perdiendo tal condición para convertirse en cotidiano. Pero no debería ser así. La valentía y el pundonor que demuestran los pilotos de motos merecen el mayor de los reconocimientos, toda la admiración. Me refiero a su capacidad de sufrimiento y de recuperación ante las lesiones, situaciones que dejarían inactivo durante mucho tiempo a cualquier mortal y que para ellos se convierten en algo casi anecdótico. Ahí tenemos los ejemplos más recientes de Dani Pedrosa, que estará en Qatar tras su grave caída de la pretemporada , y de Marco Simoncelli, también dispuesto a correr el domingo sólo una semana después de fracturarse el escafoides. ¿Héroes? No, sólo deportistas comprometidos con su responsabilidad.

Ambos son conscientes de que les tocará sufrir, de que correrán riesgos y que de ninguna manera estarán en las condiciones óptimas para subirse en una moto y disputarles una frenada a los mejores pilotos del mundo. Lo asumen pero no renuncian a defender cada punto que puedan arañar, sabiendo bien que quizá al final de año sea tan valioso como la mejor de las victorias. Enfrentarse a tantas complicaciones es de por sí toda una lección de deportividad y coraje, así que ese triunfo no se lo quita ya nadie. Y lo mejor del asunto es que no son casos aislados o fuera de lo común, cualquier piloto presenta la misma disposición ante la adversidad, el mismo afán de superación. Algo que, al menos para mí, resulta tan meritorio como el resto de sus virtudes deportivas. Nos enseñan que, apretando los puños y queriendo salir adelante, todo es posible. Un buen ejemplo, sin duda...