Schuster es el que nos faltaba
El arisco y eternamente malhumorado Bernd Schuster es el domador que le faltaba al circo de la mujer barbuda, como irónicamente califica Manolo Lama el despropósito en el que nos convertimos un fin de semana sí y otro también. Al irascible alemán, que tan bien hizo jugar al Madrid, le daría las gracias y le despediría con un diplomático "hasta siempre". Schuster no es la solución. Abel ha demostrado cierta capacidad para llevar las riendas de este conflictivo equipo. Tiene carácter y las ideas claras. Hacía mucho tiempo que no veía al Atlético jugar como lo hizo ante el Villarreal, aunque también hacía mucho tiempo que el Atlético no daba una imagen tan lamentable como ante el Mallorca. En cualquier caso, Abel se merece, por lo menos, el crédito de saber cómo deja al equipo al final de la temporada.
Y con arreglo a ello decidir. El problema no está tanto en quién ocupe el banquillo. Lo venimos diciendo hace mucho tiempo. El Atlético actual es un equipo desestructurado, sin centro del campo y con una defensa que es un auténtico coladero. Con ser esto malo, no es lo peor. Lo terrible es que la sensación que transmite es la de no ser un equipo, de que la mayoría de los jugadores ni sienten los colores, ni se sienten partícipes del proyecto. Parece que cada uno hace la guerra por su cuenta y sólo los auténticos profesionales, que los hay, caso de Forlán, Kun, Simao o Leo, entre otros, cumplen con el cometido. Del resto, los Seitaridis, el inefable Maniche, Assunçao, Pernía, Pablo, Perea, Heitinga, Ufjalusi, qué quieren que les diga. Mucho queda por hacer. Pero los recursos son más bien escasos y peor que serán, si no estamos el próximo año en la Champions.