Ya hay lío antes de empezar

Ya hay lío antes de empezar

Mala cosa. El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 se pone hoy en marcha con los primeros entrenamientos, la preparación para una carrera que el domingo nos dejará el primer ganador de la temporada... o no. Porque antes de que los pilotos comenzaran a rodar, ya había lío con los dichosos difusores. Un nuevo capítulo de la incongruencia que caracteriza a la FIA en los últimos tiempos. Me gustaría que alguien me explicará cómo es posible que los ingenieros de las escuderías, los que fabrican los coches, aseguren que las piezas que montan Brawn, Williams y Toyota no se ciñen al reglamento y para los comisarios sean legales.

El resultado del desencuentro no puede ser más lamentable. Lo que ocurra en la pista es muy posible que no sirva de nada, porque a poco que los pilotos de los equipos sospechosos consigan una buena clasificación, la reclamación lo dejará todo en suspenso. Así que el Mundial empezará sin un vencedor firme, ni un líder legitimado hasta que los sesudos especialistas de la FIA den o quiten la razón a los comisarios del GP de Australia. Al margen de la confusión generalizada que ello provoca, lo que me parece es una chapuza monumental...