Diego Costa no ha aprendido
Hace unas semanas, uno de los mejores centrales de Segunda División comentaba que para él Diego Costa era el delantero más peligroso de la categoría. Una afirmación basada en las dificultades que había tenido para frenarle por su velocidad, fortaleza y habilidad. El delantero brasileño del Albacete es, futbolísticamente hablando, un jugador muy aprovechable. Puede actuar como mediapunta o delantero centro y las cesiones en el Celta y el Albacete le están permitiendo pulir su juego. Con el equipo manchego ha marcado nueve goles y ya mejora de largo lo que consiguió en Vigo. Diego Costa continúa perteneciendo al Atlético de Madrid, que con buena visión le fichó procedente del fútbol portugués después de jugar en el Sporting de Braga y el Peñafiel.
Hasta aquí todo lo bueno, porque hay una faceta en la que Diego Costa no ha mejorado y que ha ido a peor: la indisciplina. El brasileño, de veintiún años, ha visto diez amarillas y dos rojas en lo que llevamos de Liga; en el partido ante el Tenerife, después de ser expulsado se despachó a gusto con el árbitro, al que insultó gravemente. El resultado de su hazaña ha sido una sanción de tres partidos, que dejan al Albacete mermado en sus enfrentamientos ante Huesca, Celta y Alicante, todos ellos adversarios directos para la permanencia. Diego Costa es un futbolista joven y debe aprender o tirará su talento a la basura.