Nos hace cambiar con goles
No hace mucho escribí aquí que muy bueno no debía ser Huntelaar si Juande apenas le utilizaba. Resultaba más remota la otra hipótesis: que el entrenador estuviera ciego. Pues más lo segundo que lo primero. El holandés se ha ganado la titularidad con goles y ahora, además, saca el carácter. Debía estar acogotado en los primeros partidos, con esa cara de niño bueno y cierta timidez a la hora de rematar. Resulta que las enchufa con la virulencia que se le demanda a un delantero centro que apenas interviene en el juego y, encima, se crece cuando llega un partido grande como el del sábado, retando dialécticamente al adversario. Justo es reconocer también que los periodistas hemos pecado de impacientes, tirando por lo fácil de ponerle casi la etiqueta de "paquete". No lo es. Y como no tenemos medida, ya empiezan las comparaciones con Van Nistelrooy. Desmesura, igualmente. Huntelaar no cae tan bien a las bandas como Ruud, ni demuestra el suficiente manejo de pelota para arriesgar en el uno contra uno. Se siente más cómodo en el remate de primeras. En eso es en lo que más recuerda a su compatriota. Para bien o para mal, la sombra de su antecesor le va a perseguir. Otra historia será cuando el nuevo entrenador tenga que elegir el próximo verano entre uno u otro.