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Ganar y jugar bien ... era posible

A Juande lo que es de Juande. Sería terriblemente injusto no proclamar que está haciendo del Madrid un equipo en la máxima expresión de la palabra: equilibrado, en cuarto creciente, que ya no sólo gana, que también lleva un par de partidos en los que el triunfo en forma de goleada van acompañados de un buen juego. Un fútbol sencillo, combinativo, con equilibrio entre las líneas y con tan buena pegada (10 goles) como buena defensa (uno en contra). Juande demuestra que sabe manejar vestuarios y buscar y encontrar la posición idónea de cada jugador para que su rendimiento sea el más satisfactorio para el bloque. Lo demostró en el Sevilla y su mano ya se nota en el Bernabéu. Son ya bastantes detalles como para pensar en la casualidad.

Ha tenido la paciencia suficiente como para que, consolidada la faceta defensiva con la omnipresencia de Lass y Gago, el equipo comenzara a expresarse mejor en ataque. Primero se agarró al extraordinario momento de Robben y cuando no lo tuvo, como en Gijón, cambió de registro y se las ingenió para que todos fueran Robben: Higuaín, Raúl, Huntelaar... hasta Marcelo. Sin el holandés el dibujo táctico se antoja más compensado. Se ocupan mejor todas las zonas del campo. Ya no hay bandas muertas porque Sergio y Marcelo se las reparten con tacto. Tampoco hay un vacío entre Lass-Gago e Higuaín-Huntelaar porque por allí anda un tal Raúl en una posición que le aleja del área, pero también de los centrales, que se quedan sin referencia para marcarle.