Por algo Munitis es el jefe

El Racing defendió con la misma solidaridad de siempre y creó con idénticas limitaciones que de costumbre. Pero, sin embargo, se desplegó en ataque sin la chispa e inteligencia con la que lo hace habitualmente. La razón no es achacable al potencial del adversario, pues este Madrid es el más plano y previsible del siglo. El motivo real tiene nombres y apellidos: Pedro Munitis. Lo fácil cuando no salen las cosas es acordarse de los que no actuaron pero esta vez también es lo más justo. Por eso no nombro a Garay u otros ausentes.

Munitis fue el ingrediente que le faltó al equipo cántabro. Él sabe dar pausa al ataque, velocidad cuando el juego lo requiere y, sobre todo, es de los pocos que sabe centrar más veces bien que mal y, para más inri, es el primero al que perder le deja sin dormir. Por eso muerde, grita, corre y contagia. Igual, con él en el campo, el Racing también hubiera caído ayer pero ni Casillas ni Zigic hubieran gozado de día libre. Ahora ya sé por qué es insustituible en este equipo, como también le sucede a Raúl en el Madrid. Ellos tienen la patente de la garra y la ambición. Cualquier otro puede ocupar sus sitios, pero ninguno aportará jamás lo que ellos.