Ahora es el momento de ficharle

El Manchester City ha conseguido lo más difícil: abrile las puertas del Milán a Kaká. Pero habiendo hecho lo más complicado se ha quedado sin premio. Porque Kaká prefiere mil veces fichar por el Real Madrid, el único club que ha ganado más Copas de Europa que el Milán. Kaká juró amor eterno al club lombardo, pero los millones del jeque Al Mansour han nublado la vista de los dirigentes italianos. Kaká ha sacado una conclusión: el Milán le quiere vender. Pero una vez confirmada la noticia, es él el que quiere decidir su destino. Comprende que el Milán prefiera quedarse con la oferta más alta, pero él no es un objeto que se preste a las subastas. Se irá donde él quiera irse, y el Milán tendrá que aceptarlo o mantenerle, ya muy descontento y desconfiado, en su galáctica plantilla.

A Kaká no le hace falta el dinero. Entre ganar más títulos o más euros prefiere lo primero. El Milán le ha dado la excusa para irse. Para no quedar como un traidor ante los fieles aficionados que ayer le aclamaron bajo la ventaja de su casa. Lo que hace seis meses era imposible, sacar a Kaká del Milán, es ahora una cuestión de dinero para el club y de buen destino para él. El Madrid está en situación de emergencia, pero debe saber que es ahora o nunca. Porque lo que no hará jamás Kaká es comprometerse con un candidato, prestarse a ser la baza electoral de un simple aspirante. Si el Madrid le quiere, que llame el presidente que el club tiene ahora, Vicente Boluda, y ponga el dinero encima de la mesa. Kaká dirá sí, sí quiero al Madrid. Ningún madridista se lo reprocharía jamás. Al revés.