Apareció el sustituto de Dani Alves

He de renonocer mi error. Estaba equivocado. Si la afición, que es soberana, coreó al unísono el apellido de Aquivaldo, tiene razón. Aunque en otras ocasiones se haya mofado de él. Es más, me está pareciendo barato. Sólo queda que Monchi le vuelva a abrir la puerta después de pensar y decir que se había equivocado con su fichaje. Y que Jiménez confíe en él, pues él lo quitó. Y que rectifiquen los compañeros que dudaban. Así, el Sevilla no necesitará fichar.

El siguiente paso lo debe dar Del Nido: renovar al jugador y ampliar su cláusula. Por si el Pachuca sube su oferta inicial de 9 millones o Gorosito, entrenador de River, lo vuelve a reclamar. Aquivaldo volverá a ser feliz. Porque escuchando a su entrenador y al jugador, lo mal que lo ha pasado, alguien puede pensar que lo secuestraron. Los críticos han rectificado. Así que, ¡a jugar! Si pensaban apoyarse en los periodistas para darle puerta, se acabaron las excusas. El partido lo salvó un tal Javi Varas. De Sevilla. Y que también lo ha pasado muy, muy mal hasta llegar aquí. Quedó eclipsado.