Una crisis financiera... y deportiva

El azote de la crisis ha llegado al mundo del motor y al au revoir de Honda en la F-1 se han sumado los de Suzuki y Subaru, en los rallys, y Kawasaki (MotoGP) y KTM (en 250cc) en las motos. La crisis ha sido el denominador común para justificar todos estos abandonos, pero sinceramente yo hubiera añadido otra palabra a sus comunicados: la del fracaso. Honda, con la fórmula actual de escudería oficial independiente, tan sólo ha logrado tres victorias y dos poles en dos periodos diferentes, entre 1964/68 y 2006/2008, y en un total de 88 carreras. Un auténtico desastre. Los números cambian cuando únicamente han aportado sus motores, allá por los 80: seis mundiales de constructores, cinco de pilotos, 69 victorias y 75 poles en 252 carreras.

Subaru, desde que apareciera como marca en el Mundial de rallys en 1989, ha ganado tres mundiales de pilotos y otros tres de marcas, pero desde hace cinco años no vence en nada al ser superados una y otra vez por el binomio Loeb-Citroën. Lo de Suzuki es más fácil de comprender: en dos años su mejor clasificación han sido dos quintos (Japón y Gales). Respecto a Kawa, el factor fracaso también está muy presente. Sus últimos títulos los ganaron en 1982 en la desaparecida categoría de 350 y en MotoGP, desde que reaparecieron en 2002, su bagaje es pobre: tres podios. En cuanto a KTM, llegó a 250cc en 2005 imitando el modelo de Aprilia, pero el tercer lugar de Kallio en el Mundial ha sido su mejor resultado, amén de nueve victorias. Crisis, haberla haila, pero sobre todo deportiva.