Contra gustos no hay disputas, que diría Serrat. Hay quien piensa que Huntelaar es el perfecto recambio de Van Nistelrooy y quien cree que no es el ariete que necesita un equipo de exigencias máximas como el Real Madrid. Si hay que apuntarse en un bando, que me apunten en el primero. Huntelaar no es Cristiano. Ni Benzema. Ni mucho menos Messi. Huntelaar es lo que es, un ariete. Un rematador de área pequeña... y de área grande. Sus detractores le acusan de tener demasiada dependencia del equipo, de no ganarse el gol por sí mismo, pero así ha transcurrido la vida natural del delantero centro a lo largo de la historia salvo honrosas excepciones.

Un tipo que ha marcado 131 goles en 176 partidos de Liga (167 en 224 son sus totales) tiene que tener obligatoriamente una buena relación con la puerta rival y no hay por qué pensar que va a dejar de tenerla ahora. Si echamos un vistazo al pasado y a la estadística vemos que el '9' blanco ha metido goles tradicionalmente, casi por obligación. Quizás porque a su lado casi siempre ha dispuesto de un buen equipo.

Di Stéfano sumó 216 tantos en 282 encuentros ligueros; Santillana, 186 en 461; Hugo Sánchez, 164 en 207; Zamorano, 77 en 137; Suker, 38 en 86; Morientes, 72 en 183; Ronaldo, 83 en 127; Van Nistelrooy, 45 en 67... Incluso Butragueño (123 en 341) y Raúl (211 en 498), que nunca han sido arietes al uso pero han vivido en el área, han marcado muchos goles. ¿Por qué no va a hacerlo este Klaas-Jan si lo lleva en la sangre?