Quitarse la venda de la cabeza...
En el último día del año es casi imposible escribir algo original y que no se haya insinuado ya sobre el gran año del deporte español en general y el masivo reconocimiento internacional a la Selección en particular después de su brillante triunfo en la Eurocopa. Valgan, pues, estas líneas como el penúltimo agradecimiento a los responsables de que el 29 de junio de 2008 ya sea una fecha histórica, inolvidable y de obligado recuerdo para todos los que entramos en el gremio de los "futboleros". Incluidos los que comenzábamos a sopesar que la Selección se había convertido en un ente molesto y errático que nunca iba a ganar nada por su falta de identidad y su status secundario siempre a remolque de unos clubes que sí resultaban competitivos.
El futbolista español se ha reivindicado definitivamente y de la mejor manera posible, con un fútbol tan estético como efectivo. Puede que con ese juego de posesión de balón, toque, apoyos constantes y velocidad se haya fulminado la eterna polémica que siempre había acompañado a nuestro balompié. Toque o furia. Ese era el dilema desde los años veinte y puede que los Xavi, Iniesta, Silva, Cesc, Senna, Xabi Alonso, Villa, Torres... hayan enterrado la imagen de la venda en la cabeza y el "a mí Sabino que los arrollo" del legendario Belauste. Son otros tiempos. Y como su nombre no aparece entre las nominaciones individuales es conveniente recordar que el gran valedor de este concepto futbolístico fue Luis Aragonés. Él apostó, ganó y nos hizo ganar a todos.