Un peaje injusto a la NBA

Tuve el privilegio de ver en directo la final de los Juegos en el imponente Wukesong. Y allí -uno es de ánimo bastante calmado- salté muchas veces de mi asiento, como lo hacían los chicos de Aíto desde el banco, reclamando pasos, exigiendo falta... Los silbidos y las protestas del público reafirmaban la percepción periodística. La otra noche, Teledeporte repetía el fabuloso partido y volví a engancharme porque es ya una joya de videoteca, uno de esos clásicos que podrían repetirse en Navidad como los especiales sobre Raphael o las pelis melosas. Y viendo realizar a Kobe Bryant un imponente mate en contraataque tras pasos de salida, los hachazos de Howard en la zona o el cámino de Melo Anthony y cía sentí, con más fuerza aún, rabia ante unas decisiones injustas.

No diré que España hubiera ganado con un arbitraje totalmente ajustado al canon FIBA, porque EE UU tiraba con lo mejor de la NBA. Pero estamos en nuestro derecho de quejarnos y de exigir que se mida a todo el mundo por el mismo rasero. La FIBA y el COI no deben pagar ningún peaje a la NBA por su participación. No deben distraer la vista. Jugadores tan maravillosos no lo merecen.