Una nueva barrabasada de Badiola

Lío. El presidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola, la ha vuelto a liar. Su obsesión contra el Málaga y la familia Sanz es enfermiza. Lo que ha ocurrido con las manifestaciones de Jesuli dan pie a pensar que este hombre no tiene escrúpulos, pulula por una vida artificial y lo único que ha buscado ha sido popularidad. Tiene a la Real Sociedad al borde de la quiebra. Sus futbolistas no creen en él. Las instituciones vascas y de San Sebastián, que han ayudado a la Real Sociedad hasta la extenuación, las tiene en contra. Hasta la afición piensa que los puntos hay que ganarlos en el campo y no en los despachos. El conjunto donostiarra perdió el ascenso, no en la última jornada sino en la penúltima cuando se dejó ganar por el Alavés en el tiempo de prolongación.

No me creo que los jugadores del Tenerife cobraran por perder. Y si Badiola piensa y dice que tiene pruebas de que eso sucedió, que lo demuestre. La conversación con Jesuli, en buena se ha metido, tendría poco valor, aunque esté consentida según el propio presidente. Pero seguro que no tenía el consentimiento del jugador para hacerla pública. Hasta que nadie demuestre lo contrario, el Málaga está libre de toda culpa y tendrán que llegar las querellas por parte del club malagueño y de los jugadores del Tenerife que involucró Badiola, como el defensa Juanma y el portero Raúl Navas. Badiola quiere limpiar el fútbol, pero él no puede dar lecciones de nada porque va primando por ahí. Que no cojan al Málaga como conejillo de indias. El Málaga es un sentimiento. Volveré.