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Lo mejor que me han dado los viajes

Lo mejor que nos encontramos en nuestros viajes es a un amigo honrado. Afortunado el viajero que se encuentra muchos. Si viajamos es, en efecto, para encontrarlos. Son el fin de la vida y su recompensa. Hacen que sigamos siendo dignos de nosotros mismos, y cuando estamos solos estamos todavía más próximos a los ausentes". Esto escribía un escocés de 28 años en su tercer libro, 'Viajes con una burra', en el que narraba sus peripecias, acompañado por una inestable pollina llamada Modestine, por tierras francesas. Lejos estaba aquel joven llamado Robert Luis Stevenson de siquiera imaginar que su vida le depararía otros viajes mucho más largos y azarosos y unas cuantas obras maestras debidas a su talento literario. El miércoles volví a comprobar lo acertado que estaba el autor de 'La isla del tesoro'. Sin duda, lo mejor que me ha aportado ese largo, algunas veces azaroso y siempre apasionante viaje que ha sido 'Al filo de lo imposible' han sido los amigos que me ha deparado. El miércoles tuve la suerte de reunirme con un buen puñado de ellos en una fiesta que fue sobre todo eso: una celebración de la amistad, de lo que hemos vivido juntos mientras recorríamos el mundo viviendo y rodando aventuras. Cuando empezamos, ni siquiera teníamos una burra para que nos llevase las mochilas pero creo que compartíamos con aquel joven escritor la pasión por conocer, por aprender, por ver qué había más allá de nuestra vida cotidiana. Y tenemos la suerte de que lo que nos encontramos en todos estos años está perpetuado en las imágenes de los documentales que conforman la biografía de una serie documental llamada 'Al filo de lo imposible', tan sólo un programa de televisión, tan sólo el sueño de un grupo de ilusos que creímos que la aventura no sólo era todavía posible sino que además iba a interesar a muchos ciudadanos de un país que, por aquel entonces, se arrancaba de la piel una pesadilla tan real que había durado casi cuarenta años. El tiempo dirá si acertamos o no, o en qué medida ayudamos a que la sociedad tuviese una imagen acertada, rigurosa y moderna de la aventura y también si logramos contribuir a hacer que la televisión pública cumpliese sus objetivos de acercar el deporte a la sociedad, a formar y a entretener. Soy un optimista, a veces un ingenuo, que piensa que el tiempo termina poniendo a cada uno en su sitio. Pero puedo asegurarles que si alguna vez fui grande, fue porque me aupé en los hombros de todos los que ayer estuvieron conmigo, compartiendo una aventura fascinante: 'Al Filo de lo imposible' Ahora toca hacer punto y seguido. Una ventana se cierra para que se abran otras nuevas. Y vuelvo al joven Stevenson para iniciar esta nueva etapa: "Lo importante es moverse; sentir más de cerca las necesidades y los inconvenientes de nuestra vida... bajar del lecho de plumas y... encontrar bajo los pies el granito del globo..." Al fin y al cabo, nos queda todo el futuro por delante para seguir disfrutando de nuevas aventuras que ya les iré contando en este rincón semanal.

Sebastián Álvaro es director de 'Al filo de lo imposible'