Ganar, ganar y ganar... ¿Les suena?
El título de esta columna fue el remoquete más utilizado por Luis como seleccionador. Muchos entendieron que era producto de la chochez, más que del conocimiento. Pero las cosas más sencillas acaban siendo la verdad del fútbol. Es de cajón que lo primero que se ha de buscar en un equipo es la victoria, pero la reiteración de la palabra ganar la utilizaba el ex seleccionador para que por fin los jugadores adquirieran un espíritu ganador que históricamente había brillado por su ausencia. Y a base de machacar en el concepto, lo consiguió. Cierto es que se han dado una serie de circunstancias favorables. La renovación generacional adecuada, la sencillez de Casillas como capitán de ese grupo, la experiencia de los internacionales que juegan en Inglaterra
La satisfacción mayor es que se han celebrado esos dos años sin derrotas con el hándicap de un cambio traumático en el banquillo. Dudo que haya nadie más capacitado que Del Bosque para gestionar el éxito logrado, ni otro más mesurado para introducir los cambios que siempre necesita un colectivo para no dejar de progresar. Como plus añadido, el nuevo responsable técnico sabe manejar la relación con los medios de comunicación, algo que le falló a Luis en los últimos meses. Finalmente, la magia se podría perder si los jugadores dejaran de tener hambre de triunfos. No parece que eso vaya a ocurrir teniendo un Mundial como el de Suráfrica a la vista. ¡Hasta han conseguido que dejemos de hablar de Villar!