La imagen viva de la impotencia
Dice el dicho futbolero que lo malo no es perder, sino la cara que se te queda. Y la cara del madridismo ayer era idéntica, calcadita, a la de su equipo. La imagen viva de la impotencia. Del querer y no poder. Schuster, por supuesto, incluido. Mucho se podría discutir la suplencia de Higuaín, el delantero más en forma. Y también los cambios. ¿Qué pasa con Van de Vaart? Lleva tres partidos consecutivos sin ser titular y parece pagar sus problemas para adaptarse a una posición, la de centrocampista natural, que no es la suya. Su puesto es el de Raúl. Y como Schuster prefiere al capitán, Rafael sufre fuera de su sitio.
El Madrid lleva unos partidos futbolísticamente estancado. No avanza. Le falta velocidad. No genera juego. Nadie se mueve sin balón. Toca al pie. No hay desmarques, no hay desbordes. No juega por las bandas y se atasca por el centro. Atrás, la defensa comete demasiados errores, pero tiene muy poca colaboración de los que juegan por delante. Hay fallos puntuales, como el de Casillas al colocar la barrera, o el de Cannavaro al recular en el primer tanto, pero también colectivos. De concepto. Es un equipo al que no le gusta defender y no defiende. Y ayer, además, quedó en evidencia ante una Juve normalita, bien organizada a la italiana, con oficio, pero justita de calidad, salvo el gran Del Piero.