Un ídolo para muchos de nosotros
Boniperti es uno de esos personajes que no sabes por qué entra en tu santoral infantil futbolístico. Tal vez por aquellas fotos donde aparecía como la estrella italiana emergente después de la catástrofe de Superga, con su pelo rubio, rizado y una simpática sonrisa. Recuerdo el No-Do donde la selección de la FIFA empataba a cuatro en Wembley y Boniperti era uno de los goleadores (actuaron Navarro y Kubala). A los 18 debutó en la Serie A ocupando el puesto del histórico Piola. No se parecían en nada. Piola era alto, fuerte, un prodigioso goleador basado en un fútbol de fuerza y oportunismo. Boniperti utilizaba una técnica refinada y su velocidad al servicio de una magnífica cabeza pensante, para penetrar entre las más tupidas defensas. Los años le hicieron retroceder al centro del campo.
Con 19 años había debutado como azzurro. Ocupó el puesto de ariete entre Silvio Piola y Valentino Mazzola, ni más ni menos, como interiores. Estuvo como suplente en la gran victoria italiana en Madrid del año 1949. Completó su carrera internacional en 1960 con 38 actuaciones y la capitanía desde 1952. Sólo Piola y Meazza, entre los nacidos en Italia, han marcado más goles que Boniperti (178) en la Serie A y hasta 2006 no ha sido superado por un tal Del Piero como máximo goleador de la historia juventina.