Bernd, el problema no es la Prensa

Anoten el nombre de Piatti. El menudo punta del Almería puede que le haya hecho un favor al Madrid. Si no llega a marcar ayer el gol del empate, seguiría tapándose con buenos resultados un juego mediocre. Y no es nuevo. La excelencia prometida por Calderón cuando fichó a Schuster no asomó el pasado año y en el nuevo ejercicio, mucho menos. No juegan a nada, aburren a las ovejas, entregan el balón al contrario y se conforman como si fuesen un equipo de mitad de tabla hacia abajo. Racanean con el resultado, especulan, disimulan las carencias con cierta efectividad arriba y acaban sufriendo en todos los partidos. Schuster es el primero que se apunta a esa táctica.

Bien haría el alemán en dejar sus batallitas para la pizarra. Las groserías en la sala de prensa sobran tanto como su timorato planteamiento ayer, situando juntos a Diarra y Gago. Lo malo es que parece tener licencia para matar. De fútbol no se puede discutir con él porque tiene muy claro que los periodistas no tienen ni idea. Las críticas internas, como la de Sergio Ramos a este diario, las ataja con castigos infantiles y la fuerza que le otorgan ciertos veteranos. Sus superiores no le replican. ¿Entonces qué? ¿Desviamos la vista hacia lo que hacen los árbitros? Todo menos hacer autocrítica y corregir errores.