Mucho Kun y un gran Leo Franco
Así es el Kun Agüero: dos apariciones y dos goles. Deslumbrante. El primero fue de genio, un lujo, una vaselina imposible porque tenía a Moyá casi encima. Pero Agüero resolvió como si fuera Maradona, un prestidigitador del fútbol, un inventor de jugadas maravillosas, un espectáculo total. El balón tocado por el Kun describió la única parábola posible para acabar en la portería. Nos dejó a todos con la boca abierta, asombrados por su extraordinaria habilidad. El segundo gol fue de chico listo, de saber estar en el sitio justo y en el momento exacto. Sólo tuvo que empujarla porque el jugadón lo habían hecho entre Antonio López y Forlán. Pero el Kun estaba allí con el gatillo preparado para rematar. En 28 minutos la magia del Kun había fulminado al Mallorca.
E l Atlético del primer tiempo fue un equipo brillante y veloz, con fútbol y pegada. Pero este equipo siempre tiene luces y sombras, puede vivir cuarenta y cinco minutos con todas las luces encendidas y luego aparecer con electroencefalograma plano, apático y aburrido. Le ocurrió al Atlético en el segundo tiempo. Sencillamente desapareció. Los jugadores pensaron que con los dos goles del Kun Agüero ya bastaba. Y bastaron, pero esos apagones del Atlético son muy peligrosos, y otras veces le han costado muy caro. Anoche no porque en la portería estaba Leo Franco, que hizo un paradón monumental y que impidió que el Mallorca se acercarse. El segundo tiempo, por lo menos, sirvió para acabar con el debate de la portería. Leo se ha ganado el puesto.