Donde pone el ojo Nadal...

Donde pone el ojo Nadal...

Gasquet lo había dicho en la víspera: "Algunos jugadores regalan algo, a veces. Nadal, nunca. Rafa llega a todas partes, comete cero errores y regala cero puntos". Le faltó añadir: "Donde pone el ojo pone la bola". Nadal es el pistolero del tenis. Si las leyendas de Billy el Niño, Jesse James o Liberty Valance se alimentaron de la rapidez y puntería que les hicieron temidos y famosos, Nadal es tan certero que juega sobre las líneas y las cruces como nadie. Antes de golpear cada bola ya sabe dónde matar al contrario. No le hace falta ni mirar. Ayer se le vieron varias acciones de este tipo. Pim, pam, pim, pam y, de repente, ¡zas! ese golpe ganador que deja desarmado a su contrincante. Desarmado, perplejo y derrotado.

Jugar contra Nadal debe de ser un calvario. Pero un disfrute para el espectador. Sobre todo para nosotros. La respuesta del público lo deja bien claro: cada vez que juega Nadal llenaría de nuevo Las Ventas. Yo que los argentinos no daría la Davis por ganada. Ellos harán de esta Davis una causa de Estado y convertirán el tenis en deporte nacional, como sucede con el fútbol y el baloncesto, pero nosotros tenemos a Nadal. Y Nalbaldian, por cierto, tampoco dejó ayer tan buenas sensaciones. Del Potro jugaría un partidazo, pero Nalbaldian tampoco hizo mucho por evitarlo. Ahora hay que ver si podemos contar con Feliciano López para la Davis, ante el bajón de Ferrer. Nadal le pondrá hoy a prueba. Mejor test no podrá haber.