Comienzo sobresaliente de una ACB más atlética que nunca
Cada año un paso hacia arriba. La ACB, como representante máximo del baloncesto FIBA en cuanto a Ligas profesionales, se aproxima lenta e inequívocamente hacia la NBA. Incluso los americanos admiten ya que la calidad técnica de los jugadores y de los partidos de la ACB es sobresaliente. Y todos estamos de acuerdo también en que la diferencia máxima está en el nivel atlético de los competidores. Las estrellas NBA saltan más y son más veloces que las del resto del mundo. Ayer, sin embargo, en la Supercopa ACB se evidenció que la distancia se acorta también en este aspecto. En el concurso de mates la exhibición atlética y el espectáculo fueron altísimos. El ganador, el joven congoleño Sergei Ibaka, se llevó el concurso con un mate que habría entusiasmado también al otro barrio. Y sus rivales demostraron también enorme calidad en físico y creatividad.
En lo referente a competitividad, también mejoría. Cada vez son más equipos los que aspiran con garantías a llevarse el título de campeón de la ACB. Queda claro, igualmente, que los modestos no son convidados de piedra. Así lo demuestra el CAI Zaragoza, que recién llegado al máximo escalón se metió en la final eliminando al potentísimo DKV Joventut. Y otro detalle en este sentido de máxima igualdad es que el Barcelona, con una plantilla esplendorosa en todas sus posiciones, cayó también en semifinales frente al Tau, gran especialista en mostrar todo su potencial en los prólogos de la temporada. Y recordemos, vigente campeón ACB. El retorno de Zaragoza a la élite del baloncesto, por lo tanto, ha sido satisfactorio. Los aficionados maños, que han mostrado enorme fidelidad al baloncesto y a sus equipos durante varias décadas merecían un premio así.