Hay que dejar de hablar de neumáticos

Recuerdo que la primera vez que vine a correr a Japón, en 1967, fue como si ahora me mandan ir a Júpiter. Hay que ver lo lejos que está este país, pero todo sea por seguir de cerca un Mundial de MotoGP en el que se habla últimamente más de neumáticos que de otra cosa. A mí eso no me gusta y quiero que se acabe. Prefiero hablar de pilotos y de motores. Parece que es el neumático el que tiene la carrera ganada o perdida. Los tiros no van por ahí, hay pilotos que van más rápidos que otros y que hacen mejor la puesta a punto. No hay más que ver la pole de Lorenzo con los criticados Michelin. Un respeto para esta marca y su palmarés.

En mi época nos preocupábamos más de tener un material que no se rompiera. Ahora las motos rara vez se averían, pero entonces veíamos dónde se hacían los pistones, cojinetes y cigüeñales más fiables y nos íbamos a por ellos. Generalmente era en Alemania. Por eso me fastidia que se dedique tanto tiempo a hablar de las gomas, cuando tenemos un Rossi que va a regresar a la cima, con el espectáculo que eso supone. Por cierto, me ha emocionado ver de nuevo a Crivillé enfundarse en su mono de carreras de 1999, el del título, y subirse a la Honda NSR 500 con la que ganó. Estaba como un niño con zapatos nuevos.