Morientes, el suplente perfecto
Encima de buen futbolista es buena gente. El Moro es un valor seguro para cualquier entrenador. No molesta nunca y da soluciones siempre. El tío, o tiene una margarita donde la espalda pierde su casto nombre o es un buen futbolista. Me inclino por lo segundo aunque de lo primero tenga un poquito. Está en todas las fotos importantes. En el último título: la Copa del Rey ante el Getafe ahí estaba su gol. El jueves ante el Marítimo (simulacro de equipo UEFA) ahí estaba su gol oportuno. Y además con calidad: minirecorte al defensa en el área, golpeo perfecto y lo clava en el pozo sin fondo para los porteros: el lateral de la red. Morientes no da un problema; ni lo va a dar. No crea mal rollo si no juega; no fomenta corrillos de rajes e incluso tapa algunos fuegos que podrían haber acabado en incendio.
Por ejemplo, el año pasado cuando a punto estuvo de tener una perforación de intestino a causa de lo que él sabe pero no ha querido denunciar. Estuvo en el hospital ingresado, salió y de su boca no se oyó ni una queja. Para Emery, Morientes es un chollo. No te crea ningún problema, no te pone mala cara nunca y encima cuando lo tiras al campo, rinde y marca goles. En su primer año metió 19 y el año pasado, con las lesiones castigándole, hizo 8. Su única limitación es su cuerpo: tiene un punto en que se rompe. Pero él se lo conoce. Así que hay que pararle cuando tiene esas sensaciones. Por lo demás podría ser titular todos los domingos y, sin Silva, con más motivo.