A Wenger se le acabó ser el jeque

Dice Wenger que no es justo lo de los jeques, que pueden fichar pagando al contado 42 millones de euros. Lo que le fastidia es que ya no puede jugar al juego que más le gusta y en el que era el mejor. Me explico: Wenger ha dilapilado docenas de acuerdos llegando en el último segundo y ofreciendo un precio por encima del mercado. Si Liverpool y Everton peleaban por un jugador que costaba de 400 a 500 mil euros, el Arsenal ofrecía millón y medio. Ese es su secreto, no el supuesto milagro de sacar de la nada futbolistas. Pagaba más que nadie. Igual que los jeques...

El truco es sobrevivir afilando el talento. El Arsenal tendrá que venderse como el mejor destino para el joven; el Liverpool como el lugar donde se ganan copas de Europa y el Madrid como el club con el aura más atractiva. Nadie competirá con el dinero de los jeques y negar eso es ponerle puertas al campo. Wenger se queja de vicio y debe empezar a poner excusas a una verdad inevitable: el Arsenal va a dejar de ganar trofeos porque no tiene el dinero suficiente.