Y encima el calendario favorece
Al casi irreal arranque de temporada le siguen tres choques, tal y como estamos, no excesivamente complicados. Miel sobre hojuelas. Sin desmerecer a rival alguno, este plácido arranque liguero nos puede servir para que la confianza súbita que hemos adquirido no se quede en pólvora mojada. Un calendario similar tuvimos el año del doblete. Todo un síntoma. Ando como incrédulo, sin terminármelo de creer. Este novísimo y desconocido Atlético está consiguiendo hasta aliviar los síntomas de depresión que siempre sobrevienen tras las vacaciones.
En muchas ocasiones me descubro con una media sonrisa instalada en el rostro, estoy bien humorado, contento, muy dichoso. Aunque no es, ni mucho menos, para echar las campanas al vuelo, llevábamos mucho tiempo, demasiado tiempo, deseando disfrutar de un momento así. "Bueno, bueno.", me dicen, los descreídos, los que están acostumbrados a vernos perder y a presenciar nuestros gestos de reprobación cuando nos referimos a nuestro equipo. Tal vez tengan razón. Es pronto, sí, muy pronto, para que se desate la euforia, pero es un momento largamente anhelado para que disfrutemos de nuestros colores. Todo puede cambiar, pero estamos ante un equipo construido con paciencia en el tiempo, con errores indiscutibles y evidenciables aciertos, que tiene base suficiente para pelear en todos los frentes. Llegarán o no los títulos, pero el camino, indudablemente, empieza a verse despejado.