El estado de la plantilla: la delantera
Los pollos son ellos. La dinamita la ponemos nosotros. Dinamita pa los pollos. Si hasta Tomás Guasch ha visto la luz y, rendido por las oraciones de sus afectos, va gritando de esquina en esquina ¡Aleti campeón! y ¡qué delantera, señores, qué delantera! Primero se hizo del Huesca y ahora del Aleti por amor al Kun y sumisión a Forlán. También le gusta Sinama y a esta hora va camino del Registro para cambiarse el apellido, dejar el Guasch de segundo y ponerse Reñones de primero: Tomás Reñones Guasch. Muy bien Tomás, muy bien Tomás.
Podrá decirse que este ataque ya lo teníamos el año pasado salvo la incorporación, buena, de Pongolle y será verdad, por eso hicimos tantos goles, pero igual que se repite de continuo "la buena defensa empieza en el ataque" vale decir que el buen ataque empieza en la defensa, que si en vez de tocar ciento siete veces en horizontal juegas a la tercera o cuarta con un pase por dentro, ventajoso para los medios, favorable para los delanteros, el trabajo se hace más sencillo, más seguro, más eficaz. Ya no son los puntas los que tienen que inventarse la jugada, ya estás actuando en terrenos más seguros sin riesgo de que te roben el balón con daño inmediato, ya aumentas las llegadas porque la tienes más y mejor. Eso se hace desde abajo para que explote arriba: TNT, nitroglicerina, pura dinamita.
La perspectiva es: el Kun reafirmado como el mejor delantero centro de la Liga y, con Fernando Torres, el mejor de los que juegan la Champions; Sinama en la felicidad de gozar los dulces espacios que le regalarán a su velocidad los partidos rotos por los titulares; Forlán en Forlán: milagro de punta total que juega bien hasta cuando juega mal porque los poquísimos días que yerra pases y no combina como acostumbra, multiplica los desmarques, abre huecos imposibles y si la pilla al borde del área va dentro (a lo peor lo olvidamos nosotros; el Schalke jamás). En fin, tanto y tan armado que Reñones Guasch, antes Guasch, llamó a Iñako DG para pedirle el vídeo del doblete y no parecer nuevo ante lo que puede ser esto. Y si no es, ya verán como la razón no será la falta de goles. Mira como vuelan las plumitas blancas, las plumitas azules, las plumitas granas, las plumitas blancas, las plumitas blancas. Aquí está el Aleti dinamitero: ¡venid, pollitos, venid!