Pepu, el gran olvidado
Olvidamos pronto. España logra plata olímpica y nadie recuerda a Pepu Hernández, el forjador de nuestro gran equipo. Tras la final de Pekín, ningún jugador llamó a su antiguo seleccionador para dedicarle un trocito de la medalla, para decirle, aunque fuera por cortesía, que le hubiera gustado tenerle también en el podio. Pepu no entrenará al Unicaja, en contra de lo que había insinuado, entre otros, el director general de la FEB, Chus Bueno. Es obvio que alguien debería pedir excusas, pero sorprendería mucho que llegasen.
El técnico al que se rendía dos veranos atrás el planeta basket no tiene ninguna plantilla que llevar a su pizarra. De hecho, es muy probable que acepte una propuesta de TVE y se convierta en comentarista de los partidos televisados en la próxima ACB, junto a Arsenio Cañadas. Gran gesto del Ente público. Al menos, alguien no ha olvidado quién puso los cimientos para la gran obra. Por lo demás, Pepu mantiene excelentes relaciones con Aíto, su fugaz y exitoso sucesor en el cargo. Hablaron antes, durante y después del relevo. Entre ellos siguen prevaleciendo la amistad y la profesionalidad. Y saben que la hazaña olímpica la gestaron ambos.